En este módulo estudiaremos las propiedades del Campo Magnético en general y cómo interactúa con el Campo Magnético del cuerpo humano.
El campo magnético está presente en todo el planeta Tierra, en la materia, en los imanes, en la electricidad y también en el cuerpo humano. Todos estos campos magnéticos conviven e interactúan, formando parte del equilibrio natural que sostiene la vida.
Un campo magnético puede interactuar con otro campo magnético.
Esta interacción ocurre campo con campo, por ejemplo, es un encuentro entre el campo magnético de un imán y el campo magnético propio del sistema a donde se aplica el imán.
Cuando colocamos un imán sobre el cuerpo, su campo magnético puede modificar la polaridad local, es decir, la forma en que los iones (electrolitos) se distribuyen en esa zona.
Este efecto no ocurre en todo el cuerpo por igual: la polaridad solo se altera en aquellos lugares donde existe un desequilibrio bioenergético.
El imán, al modificar el flujo iónico y eléctrico en los nervios y músculos genera un cambio en la tensión muscular.
El resultado visible es que una pierna se alarga o se acorta.
En un material diamagnético, los átomos no tienen momento magnético permanente.
Si se acerca un campo magnético externo a un material diamagnético, se induce un momento magnético en el material. Este momento magnético siempre se opone al campo externo.
Si se acerca un campo magnético externo a un material diamagnético, se induce un momento magnético en el material. Este momento magnético siempre se opone al campo externo.
El sonido se define como cualquier fenómeno que provoque la propagación de ondas sonoras a través de un medio que suele ser el aire, pero también puede ser algún líquido o incluso un sólido.
La voz genera vibraciones que el oído y el cuerpo convierten en impulsos eléctricos. Estos impulsos llegan al sistema nervioso, que responde modulando la tensión muscular. Por eso, la voz, aunque no sea un campo electromagnético en sí misma, puede provocar respuestas medibles en el cuerpo y usarse como herramienta en el rastreo biomagnético.
Cada pensamiento que tenemos es una secuencia de impulsos eléctricos que circulan entre nuestras neuronas. Las neuronas se comunican mediante señales llamadas potenciales de acción, pequeños cambios eléctricos en la membrana celular.
Estas corrientes eléctricas son diminutas, pero ocurren millones de veces por segundo en nuestro cerebro.
La física nos enseña que cada vez que circula una corriente eléctrica, surge un campo magnético alrededor (Ley de Ampére).
Pensar es también producir magnetismo que interactúa con el entorno, integrándose al gran campo electromagnético de la Tierra.
El cuerpo humano es altamente sensible a los campos electromagnéticos:
• Las membranas celulares y los receptores nerviosos responden a cambios en cargas eléctricas externas. • Cuando tu campo magnético cerebral entra en contacto con el campo magnético de otra persona, puede producir una resonancia bioeléctrica: su sistema nervioso responde modulando su tono muscular. • Este fenómeno se conoce como resonancia magnética biológica.
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